La Copa América Femenina finalizará en medio de duras críticas y escasa asistencia a los estadios
Hace pocos días la Eurocopa que se jugó en Suiza demostraba que el fútbol femenino podía batir todos los récords, uno de ellos el apoyo de los hinchas que asistieron a los graderíos de los estadios para alentar a las jugadoras. Cientos de personas con bombos, banderas y barras de apoyo llegaban a los escenarios deportivos cargadas de emoción. Pero estas imágenes coloridas que dejó la Euro femenina contrastan con aquellas que se vivieron desde el 11 de julio en tres estadios de Quito, donde se jugó la Copa América Femenina. Escenarios deportivos casi vacíos o graderíos escasamente ocupados, desconocimiento en buena parte de los habitantes sobre el desarrollo del torneo y casi nulo ambiente futbolístico en los exteriores de los estadios opacaron a uno de los campeonatos más importantes del fútbol de Sudamérica. La noche del martes 29 de julio, Sebastián Echeverría, un ingeniero en sistemas y habitante del sector de Ponciano, donde se ubica el estadio de Liga de Quito, dijo a CNN que desconocía que se estaba jugando en su barrio la Copa América Femenina. Esa noche se enfrentaban las selecciones de Brasil y Uruguay. “No, la verdad no sabía, no hay mucha información sobre eso”, dijo. Iliana Carrera, quien llevó a su pequeño hijo Sebastián al partido, contó que fue muy complicado enterarse que este torneo se desarrollaba en la capital ecuatoriana. “Es una pena que se haya jugado el torneo aquí en Ecuador y no sepamos y los estadios estén vacíos”, lamentó. Varios ciudadanos consideran que hizo falta más publicidad y difusión sobre el evento deportivo. Camila Quingalagua, una estudiante de 18 años y ferviente seguidora del fútbol femenino, dijo que estaba al tanto de los partidos, pero que varios miembros de su entorno desconocían completamente. “Creo que debe haber una difusión más fuerte porque hay gente que no se entera de los partidos y no son tan mediáticos como los partidos masculinos”, agregó. Para los ciudadanos la baja asistencia a los estadios demostró también la necesidad de más apoyo al fútbol femenino. “Básicamente todos los partidos han sido así, de poca afluencia, de poca gente, no ha habido mayor acogida”, dijo a CNN Ricardo Fajardo, quien trabaja en un restaurante. Antes y después del partido entre Brasil y Uruguay por semifinales, el ambiente fue desolador en los exteriores del estadio de Liga de Quito. Un grupo de turistas estadounidenses llegaron para acompañar a las jugadoras y mientras ingresaron al estadio hicieron una breve barra por Brasil. Pabel López, el guía turístico que los acompañaba, dijo a CNN que conocieron sobre el torneo durante su estadía en un hotel de Quito, donde también se alojó la selección de Uruguay. “Estamos con la selección uruguaya en el hotel y nos invitaron. Por eso nos enteramos de la Copa América Femenina. Es fútbol igual y nos gusta mucho”, enfatizó López. Además de la poca publicidad, Paulina Guamán, vendedora de boletos en las afueras del estadio, dijo que hay desigualdad en el trato a las jugadoras. Insiste en que es imposible pensar una situación similar en torneos masculinos internacionales. “Más gente hubiese venido a ver. Pero ellas son buenas jugadoras y son las mejores”, agregó. Algunos padres llevaron a sus hijas pequeñas a los partidos, pues consideran que es una manera de hacer justicia al fútbol femenino. “Tenemos que darle más apertura al fútbol femenino y visibilizar más, porque sin duda no estamos siendo justos con este lado del deporte y hay que apoyar un montón”, comentó Carlos Flores, un barbero y padre de familia. Mientras que Diego Dávila acudió con sus hijas Juliana y Taís, quienes juegan para la selección de su escuela. Estarán en la final entre Colombia y Brasil sin importar si el estadio se llena o no. “Lo importante es apoyar a la selección que respaldes”, agregó Juliana. Las protagonistas y mejores jugadoras del continente pidieron cambios sistemáticos en la organización y la tecnología disponible. Marta, la legendaria jugadora del fútbol brasileño que juega su última Copa América, dijo a Globo de Brasil que la exigencia a las jugadoras debe ir acorde con el nivel que debería tener campeonato. “Nos entristecen estas situaciones. Exigen desempeño de las atletas y un alto nivel de trabajo, pero también tenemos que exigir un alto nivel de organización. Tenemos el derecho de exigir organización”, insistió la capitana de Brasil. La delantera chilena Yanara Aedo fue más crítica: “Es una falta de respeto que no haya VAR. La Eurocopa se juega en paralelo y para nosotras como jugadoras es una vergüenza ver la Eurocopa y ver la Copa América”, se quejó Aedo. Durante el transcurso de la Copa América, las seleccionadas denunciaron que no pudieron calentar en la cancha sino en espacios reducidos. La seleccionada de Brasil, Kerolin Nicoli, también se refirió con dureza en su cuenta de X a la brecha entre la Eurocopa y la Copa América. “La diferencia de estructura, audiencia e inversión es surrealista (…) Es imposible que el mundo entero evolucione y aquí ni siquiera importará. Es la misma experiencia que estoy viviendo”, puntualizó. CNN consultó a la Conmebol sobre las críticas a este evento internacional de fútbol. La organización respondió que presentará una evaluación al final y que por el momento no se pronunciará al respecto. El próximo año se disputará la Finalísima entre las selecciones ganadoras de la Copa América y la Eurocopa, organizada por la Conmebol y la UEFA. Un partido que podría exponer aún más estos problemas o ser una oportunidad para demostrar cambios. The-CNN-Wire™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved. Source